Julio Verne: ¿un visionario?

Retrato de Julio Verne
(Félix Nadar 1878)

A estas alturas todos hemos oído hablar de los libros de aventuras de Julio Verne, los hemos leído o hemos visto las películas basadas en ellos.  ¿Quién no conoce al capitán Nemo o a Phileas Fogg? Julio Verne no fue solo un escritor de novelas de aventuras, fue el precursor de la ciencia ficción y de los avances científicos; vio el mundo con cien años de antelación; viajó a la luna, al fondo de los mares o al centro de la Tierra antes de que a ningún hombre se le hubiera ocurrido hacerlo. Su curiosidad sin límites, su imaginación y su dedicación a la pluma hicieron de él un personaje único e imprescindible en la literatura universal y en la creatividad tecnológica. Seguramente también se hacía eco de las novedades, avances, teorías y proyectos de la ciencia en esa época.

Breve biografía de Julio Verne.

Jules Gabriel Verne nació en la ciudad francesa de Nantes el 8 de febrero de 1828 en el seno de una familia burguesa acomodada, siendo el mayor de cinco hermanos. Su familia siempre se había dedicado a las leyes y Julio, siguiendo la tradición, se hizo abogado. Sin embargo, desde muy niño sus intereses se decantaron por la ciencia, la geografía y los viajes.

Se cuenta que a los 11 años se enamoró de una prima suya llamada Caroline y, dando rienda suelta a su ilusión, se escapó de casa para embarcarse a las Indias con el objeto de traerle un collar de perlas. En el último minuto fue interceptado por su padre, que no fue demasiado “amable” con él: le pega una paliza y lo encierra una temporada. Tampoco encontró el apoyo que esperaba en su prima. Este desengaño y las normas de protocolo de la época, donde salirse del plato y el exceso de imaginación no estaban bien vistos, le hicieron tener un cierto reparo hacia el género femenino y una excusa para refugiarse en la ciencia y la pluma. Parece ser que las aventuras que contaba una maestra sobre las andanzas de su marido marinero, le decidieron definitivamente a escribir. 

En sus aventuras, sus personajes se dividen en los creativos, inteligentes, valientes, nobles y buenos en contraposición a los torpes, ignorantes, faltos de ingenio y mala gente. Se tomó así sutilmente la revancha con una sociedad carente de imaginación y estrecha de miras.

Con 20 años conoce a los Dumas, padre e hijo, que tienen una gran influencia en su carrera y en su vida. Aunque termina Derecho su vocación no iba por ahí y escribe teatro y poesía sin demasiado éxito. Su padre, que lleva fatal que su hijo rompa la tradición familiar, le quita la asignación. Son tiempos difíciles para Verne. Se pasaba todo el tiempo que podía en bibliotecas devorando libros sobre ciencia, viajes, geografía… Los pocos ahorros que le quedaban se los gastó en libros. No le quedaba dinero para comer y pasó hambre. Esta precariedad le trajo problemas de salud: intestinales, una parálisis facial y una diabetes que arrastró toda vida.

Gracias a la influencia de los Dumas, puede estrenar en París algunas obras de teatro que le dan lo justo para ir tirando.

En 1857 se casa con Honorine Deviane Morel, pero este matrimonio no funciona muy bien. Julio, desde el desengaño con su prima, era un poco misógino… Tienen un único hijo, Michel, que nacería estando su padre de viaje.

Viajes extraordinarios: La imaginación al poder.

Por esas fechas conoció al editor Pierre-Jules Hetzel (también editor de Victor Hugo). En 1859 escribe su primera novela de aventuras, París en el siglo XX, que fue rechazada por Hetzel (no se publicó hasta 1994). Sin embargo empieza a escribir los Viajes extraordinarios, la magnífica colección de 60 libros que todos conocemos, entre ellos: Cinco semanas en globo (1863), Viaje al centro de la Tierra (1864), De la Tierra a la Luna (1865), Los hijos del capitán Grant (1867), Veinte mil leguas de viaje submarino (1869), La vuelta al mundo en 80 días (1873), La isla misteriosa (1874), Miguel Strogoff (1876), Un capitán de quince años (1878), Las tribulaciones de un chino en China (1879), El faro del fin del mundo (1881) La esfinge de los hielos (1897) o El soberbio Orinoco (1898). Todas estas han sido llevadas al cine (alguna de ellas de forma muy “sui géneris”). 

Voy a hacer un paréntesis para dos cosillas que no tienen que ver directamente con Julio Verne:

Fotograma de Viaje a la Luna 
de G. Méliès. 1902

1.- Hay una película de 1902 (aún en vida de Verne), Viaje a la Luna, que está basada en la novela De la Tierra a la Luna de Verne y Los primeros hombres en la Luna de H. G. Wells. Esta película, del francés Georges Méliès, a blanco y negro, muda, que dura catorce minutos y pico, está considerada como la primera película de ciencia ficción y con efectos especiales en la historia del cine. 

La revolución en la cinematografía que aportó Georges Méliès, ilusionista, cineasta e inventor, no fue muy tenida en cuenta en su época y se perdió mucha de su valiosísima obra. Cerca de su muerte fue reconocido su gran mérito y desde 1946 Francia otorga el premio Méliès a la mejor película francesa.

La preciosa película, La invención de Hugo, de Martin Scorsese (2011), basada en la novela Hugo de John Logan, es un homenaje a este gran cineasta. Fue nominada a 11 premios Óscar, de los que se llevó 5. Os la recomiendo.

2.- Esto es una anécdota personal: La primera vez que nuestros padres nos dejaron solos en un cine, fue para ver Los hijos del capitán Grant. Yo debía tener 9 o 10 años y mi hermano Marco dos menos. Creo recordar que fue en el cine Moderno (o en el Alcázar) -Toledo- y que mis padres, después de aleccionarnos bien sobre que no nos separásemos y les esperásemos sin movernos en un determinado punto a la salida, fueron a la sala de al lado a ver otra película. Nos sentamos en primera fila y la gran pantalla se nos venía tan encima que a veces parecía que estábamos dentro. Todavía me hace sonreír el recuerdo de la escena en que los niños se deslizan sobre una gran piedra y a toda velocidad por la ladera de una montaña nevada, y la sensación de que nos los íbamos a comer. ¡Qué emocionante! Una tarde fantástica.

Mi padre nos hablaba con mucho cariño y mucho entusiasmo de los libros que leía en su niñez, fundamentalmente Julio Verne y Emilio Salgari. Después, en mi adolescencia, leí muchos libros de estos autores y disfrute mucho con las aventuras de Verne y con Sandokán y los piratas de Mompracem de Salgari.

Verne, viajes e inventos.

Julio Verne, aparte de una imaginación prodigiosa, tenía una curiosidad por ver, investigar y aprender fuera de lo común. Eso y la necesidad de escapar del hastío de su matrimonio, lo hace embarcarse en 1859 a Escocia. Es su primer viaje en barco. Después viaja a Noruega y Dinamarca. El nacimiento de su hijo, en 1861, le pilla por tierras noruegas e islandesas. Más tarde va a Estados Unidos donde da conferencias. Siguió viajando en barco (le encantaban los barcos) por Europa, América o África, por distintas ciudades y distintos mares como el mar del Norte o el Báltico, y conociendo más países, como Inglaterra, España o Portugal. Los conocimientos geográficos, geológicos o biológicos que iba adquiriendo eran excepcionales y los aplicaba magistralmente en sus novelas.

Nautilus.
Película 20.000 Leguas de viaje submarino. 1954

Estos viajes, además, le dan la oportunidad de conocer los avances que se estaban generando en el mundo por la recién iniciada revolución industrial. Así, mientras viajaba, escribía y diseñaba artefactos que ahora nos parecen “de toda la vida”, pero entonces solo podían estar en la cabeza de los más fantasiosos. ¿Quién podría predecir ahora máquinas y tecnologías que sean realidad dentro de 150 años? Difícil, ¿eh? Pues Verne anticipa y esboza descubrimientos e inventos posteriores como los trenes de alta velocidad, los submarinos, los helicópteros, los cohetes y los viajes tripulados al espacio, los transatlánticos, los motores, las armas de destrucción masiva o las redes universales de comunicación. Todo impensable en la época, pero que él, gracias a su entusiasmo por la ciencia y la tecnología, lo ve posible y cercano.

Otras cosas de Julio Verne.

Ya he comentado que Verne no era demasiado familiar. Cuando fue solvente económicamente dejó de hablar con su padre, con el que nunca se había llevado bien, su matrimonio fue de compromiso y la relación con su hijo Michel tampoco era buena. Michel era bastante rebelde y, cuando tenía 19 o 20 años, su padre lo mandó a un correccional o manicomio en el que pasó algunos meses. El chico no le perdonaría nunca esto y la relación entre ellos fue siempre muy mala, aunque parece que se reconciliaron al final de la vida de su progenitor e, incluso, hicieron juntos algunas colaboraciones literarias.

En 1886, a un sobrino suyo se le cruzaron los cables y le disparó dos tiros. Uno de ellos dio en el blanco y dejó a Julio Verne cojo de por vida.

Este incidente, que se había muerto Hetzel, su editor, y sus persistentes problemas de salud (parálisis faciales, diabetes, etc.) le hicieron más taciturno y a sus obras más oscuras. 

En 1888 se mete en política y sale elegido concejal por Amiens, donde trabaja tres lustros intentando llevar mejoras a la ciudad.

El 24 de marzo de 1905 muere en su casa de Amiens como consecuencia de la diabetes. Tenía 77 años. 

Espero que, esté donde esté, nos vea en un futuro disfrutar de los viajes interestelares, de otros mundos y de las tecnologías que nos permitan navegar por el Universo a bordo de la nave Enterprise-JULIO VERNE.

Fotos: Wikimedia Commons

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