Cómo nació "EPPUR SI MUOVE": UN RESCATE EN EL TIEMPO
Vocación infantil de escritora.
Desde muy pequeña me ha gustado escribir. Me atreví con mi primer cuento ilustrado “Bartolo” a los ocho años, aunque realmente el texto no es mío, sino de un disco muy antiguo, que no sé si sería de vinilo o de pizarra, porque para mí que pesaba mucho, que había en la casa de campo familiar de mi bisabuelo, casa que ha ido pasando de padres a hijos y que sigue siendo un entrañable lugar de encuentro familiar, ahora al cuidado de mi hermano. Mi padre me lo ponía una y otra vez en un gramófono, también muy antiguo, hasta que me lo aprendí de memoria, y lo transcribí en un cuaderno con sus correspondientes dibujos, que esos, ya sí, eran de mi cosecha. Mi segundo cuento, también con ocho años, fue enteramente mío.
Ambos cuentos están en mi blog, por si alguien tiene curiosidad.
Durante la infancia escribí bastantes cosas. Después, los estudios, la vida familiar y profesional hicieron que aparcara el asunto.
Estando una noche con unos amigos tomando un cubata en la terraza de un pub, nos dio por hablar de los pinitos que cada uno habíamos hecho con la pluma. Al final, resultó que todos, en la adolescencia, habíamos escrito nuestros poemas y nuestras cosillas. Por lo que fuera, terminamos hablando de cómo surgió Frankenstein.
El nacimiento de Frankenstein.
En junio de 1816, estaban reunidos en una casa que Lord Byron había alquilado a orillas del lago Lemáns, cerca de Ginebra, Lord Byron, Percey Bysshe Shelley, Mary Shelley, su medio hermana Claire Clairmont y el médico de Byron, John William Polidori. El año anterior, 1815, tuvo lugar la mayor erupción registrada de un volcán: la del Tamboro, en la isla indonesia de Sumbawa. Además de dejar más de 12.000 muertos en la misma explosión y dejar todo arrasado, en las siguientes fechas murieron más de 70.000 personas. El volcán provocó unas alteraciones impresionantes en la climatología del hemisferio norte, hubo tsunamis, los cielos se cubrieron de ceniza, grandes tormentas lo destrozaban todo, la temperatura de esa parte de la Tierra se enfrió considerablemente, las plantas, cosechas y animales murieron y hubo una gran hambruna. Parece ser que este acontecimiento fue una fuente de inspiración para muchos cuadros del pintor William Turner y la literatura romántica de la época.
El verano de 1816 fue frío, oscuro y tormentoso; se decía que 1816 fue el “año sin verano”. Esos primeros días de junio pilló al grupo de amigos en casa de Byron, encerrados, sin poder salir, por la situación tan extrema de la meteorología. Después de pasar una velada leyendo cuentos de terror, Byron retó a sus invitados a escribir uno. La ganadora fue Mary Shelley con su Frankenstein, el pobre monstruo que todos conocemos. El doctor Polidori escribió El vampiro, aunque fue eclipsada primero por el rotundo éxito de Frankenstein y posteriormente por el famosísimo Drácula de Bram Stoker que, o hemos leído o hemos visto en alguna de sus versiones cinematográficas, o las dos cosas. El distanciamiento de Byron y el menosprecio de su obra le llevaron al suicidio a los 26 años. Sin embargo, el tiempo ha reconocido que su obra es buena y, además, su “vampiro” es el primer vampiro de la literatura universal.
El nacimiento de "EPPUR SI MUOVE": UN RESCATE EN EL TIEMPO
Nosotros éramos cuatro los que nos retamos a escribir una novela. De lo que fuera. Los dos hombres del grupo se rajaron en seguida y mi amiga y yo nos lo tomamos un poco más en serio. De esta forma nacieron los primeros renglones de “EPPUR SI MUOVE”: UN RESCATE EN EL TIEMPO. Poco tiempo después me enteré de que me había quedado sola en la empresa, me desinflé un poco y aparqué los folios durante una temporada. Un día me dio por releerlos y me gustaron. Además, tuve la sensación de que había abandonado a mi protagonista en el limbo y que no lo podía dejar ahí, abandonado. Era un buen comienzo de donde podía salir una buena novela.
Una buena novela, ¿dirigida a quién? Podría pensarse, por la edad del protagonista, que a niños y adolescentes a los que les guste leer, pero nos quedamos muy cortos. Va dirigida a todas las personas, de cualquier edad, que mantengan ilusión por descubrir cosas; por aprender; que sientan curiosidad por el mundo en el que viven; que valoren la amistad, la familia, el respeto y la libertad; que quieran compartir una gran aventura con Rubén, nuestro protagonista de 13 años.
He disfrutado y aprendido mucho escribiéndola. He leído un montón para documentarme, aunque después solo aparezca un dato o no aparezca nada. Todas y cada una de los cientos de horas que he echado en el teclado, ha valido la pena.
Espero que si os animáis a leerla, os enganche, os guste y paséis buenos momentos. Y después, cuando salgáis por la noche a ver estrellas, veáis en ellas mucho, muchísimo más, que puntitos en la oscuridad.
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