Bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki.


Bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki. Pinceladas del Pasado.
Nubes de hongo producidas por las bombas atómicas
sobre Hiroshima y Nagasaki.

Las guerras, todas las guerras son espantosas. Dejan una destrucción del patrimonio irrecuperable y miles y miles de muertos. Muertos: Chicos jóvenes de cualquier bando que son enviados a matar o morir sin posibilidad de rebelarse, convirtiéndose a veces en máquinas terribles, monstruos sin sentimientos, despojados de toda humanidad. Población civil que no saben dónde esconderse, cómo defenderse, que son sometidas a las mayores crueldades que nos podamos imaginar y que mueren y ven morir a sus hijos, padres, hermanos, familia, amigos… Y todo orquestado y bajo la batuta de los poderosos que, calentitos, cómodos y trajeados en sus despachos, dan órdenes y asisten con frialdad a esas masacres que les van a garantizar su poder, su soberanía, su riqueza y su endiosamiento sobre el resto de los mortales.

Pero hoy no voy a hablar de las guerras, ni siquiera de la Segunda Guerra Mundial, sino de dos bombas: Las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki que pusieron fin a la S.G.M.

Origen del conflicto EE.UU- Japón:

Nos ponemos en contexto:

Después de la terrible Gran Guerra -Primera Guerra Mundial-, los norteamericanos y los británicos firmaron en 1922 el Tratado Naval de Washington, donde se repartieron la hegemonía de los mares y limitaban a otros países, entre ellos Japón, el número de barcos así como sus posiciones en el Pacífico.

Japón se sentía agraviado por el hecho de que potencias europeas y norteamericanas ocuparan territorios que ellos consideraban que eran de su influencia, así que emprendieron una campaña de expansión del Imperio por los territorios chinos.

En 1931, en Manchuria, territorio del noreste de China, se produjo la voladura de una tramo de ferrocarril cuya propiedad y custodia era de una compañía nipona. Los japoneses dijeron que fueron los chinos y los chinos que los japoneses habían saboteado su propia línea para echarles la culpa. Parece ser que ese suceso, denominado incidente de Mukden, fue, efectivamente, provocado por unos oficiales ultranacionalistas japoneses. El caso es que esto le sirvió de excusa a Japón para invadir Manchuria, que no tardó en echar al ejército chino de la zona. Japón cambió el nombre de Manchuria por República de Manchukuo y puso como emperador a Puyi, el último emperador chino que había sido emperador de China hasta que en 1912 se estableció la República. Puyi fue un pelele de los japoneses y Manchukuo no se anexionó a Japón, sino que fue una especie de colonia o protectorado hasta el final de la S.G.M. en que desapareció.

Ante los acontecimientos de Manchuria, China protesto a la Sociedad de Naciones que no aceptó las explicaciones de Japón de que se trataba de la defensa de sus intereses y condenó el ataque. Japón reaccionó abandonando esta organización en 1933.

Una vez que Japón tiene constancia de que se ha quedado solo, empieza la escalada de invasiones a China para expandir el imperio. A los japoneses se les inculcaba la idea de que los chinos eran una raza inferior y que debían ser gobernados por ellos, y que debían estar dispuestos a morir por su emperador. Este, Hirohito, aunque era el jefe supremo de todas las fuerzas armadas, estas tenían plena autonomía de actuación. Hirohito miraba para otro lado cuando su ejército cometía las mayores barbaridades y genocidios contra el pueblo chino.

Bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki. Pinceladas del Pasado. El general Iwane Matsui entrando en Nankín.
El general Iwane Matsui entrando en Nankín.

En 1937 Japón invade China con una violencia desorbitada. La pacífica ciudad de Nankín, entonces la capital de la República, fue bombardeada el 21 de septiembre sin previo aviso, y los generales nipones al mando dieron un plazo de 24 horas al general chino al mando Chiang Kai-Shek para su rendición. Este, a pesar de estar en minoría y desventaja, la rechazó. Entonces se desató el infierno. Ya de camino a Nankín, el ejercito nipón hacía concursos de «a ver quién mataba antes a 100 personas con una katana». El 13 de diciembre el ejército japonés entró en la ciudad con orden de incendiar, saquear, matar, violar, torturar, mutilar, y hacer todas las barbaridades inimaginables a cualquier hijo de vecino sin importar si es mujer, hombre, niño o anciano. Asesinados por la espalda, con las manos atadas con alambres de púas, quemados vivos. Todo servía. Cadáveres asesinados de la forma más cruenta se amontonaban en una ciudad reducida a escombros. Chiang Kai-Shek se fue de allí cuando empezó el horror dejando a sus tropas a manos del enemigo que, si no tuvo ningún miramiento con los civiles, se ensañó especialmente con los soldados chinos. He leído algunas cosas que ponen los pelos como escarpias. Los ataban a los árboles para que murieran allí; los enterraban vivos hasta la cintura o hasta la cabeza para que se los comieran los perros o se morían; las mujeres eran salvajemente violadas en masa, torturadas y asesinadas después; los prisioneros de guerra asesinados sin piedad; los descuartizaban vivos; el río Yang-Tsé se tiñó de sangre de las masacres que se hicieron en sus orillas…. Cualquier barbaridad que se os pueda pasar por la cabeza se queda corta a lo que hacían allí.

El general principal a cargo de las tropas japonesas en el asalto y ocupación de Nankín fue el teniente general Iwane Matsui. Además de él, también hubo otros generales japoneses que participaron en la ocupación de Nankín, como el teniente general Takashi Sakai y el teniente general Asaka Yasuhiko. Este último, en particular, era miembro de la familia imperial japonesa y se ha sugerido que estuvo implicado en las decisiones y acciones más brutales durante la ocupación. Aunque hubo más responsables, oficiales y tropa, involucrados en las atrocidades cometidas. 
Y así 45 días de horror… No se sabe muy el número de personas que murieron allí. Debe rondar los 300.000. Hay fuentes que lo bajan a 200.000 y otras estadounidenses que lo suben a 500.000. El gran número de cuerpos arrojados al Yang-Tsé, a gigantescas fosas comunes o en incinerados en piras hacen que la estadística sea muy imprecisa.

En 1940 Japón firma un pacto con Alemania e Italia, conformando las Potencias del Eje.

En julio de 1941, Japón invade el sur de Indochina, territorio controlado por Francia. Como represalia, Estados Unidos pone embargos comerciales y petroleros a Japón (que le dejaron sin el 90% de combustible), a los que se unen Gran Bretaña y los Países Bajos, por lo que el comercio exterior de Japón cayó en picado un 75%.

Tras unas conversaciones en las que se pretendían conseguir acuerdos para rebajar la inmensa tensión entre los países, EEUU hace llegar a los representantes de Japón la llamada Nota Hull. Los duros términos de exigencia del documento son interpretados por el gobierno japonés del Hideki Tojo -Primer Ministro- como un ultimátum inaceptable. Paralelamente, Japón está planeando un ataque armado sobre posiciones estadounidenses en el Pacífico. Consideraba que un ataque a la flota estadounidense en Pearl Harbor, Hawái, neutralizaría la capacidad de Estados Unidos para interferir con sus planes y le daría una ventaja estratégica en la región.

Bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki. Pinceladas del Pasado. Ataque a Pearl Harbor, Hawái
Ataque a Pearl Harbor, Hawái

Así, el 7 de diciembre de 1941, Japón atacó por sorpresa esta base naval. La flota de los Estados Unidos y su efectivo humano, sufrieron grandes daños. Perdieron ocho acorazados, varios barcos y aviones y más de 2.400 personas murieron. Sin embargo, los portaaviones estadounidenses, que eran el principal objetivo de los japoneses, no se encontraban en el puerto en el momento del ataque.

Este ataque a Pearl Harbor marcó la entrada de los Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial. Desencadenó una respuesta inmediata por parte de Estados Unidos, que declaró la guerra a Japón al día siguiente. Gran Bretaña hizo lo mismo. El 11 de diciembre, Alemania e Italia le declararon la guerra a Estados Unidos. La cena estaba servida…

Durante los cuatro años siguientes, además de en la cruenta guerra que se desarrollaba en Europa, los Estados Unidos y Japón mantenían su particular guerra en territorio chino y en las aguas e islas del Pacífico.

Esta guerra dentro de la guerra, se mantenía con cierto equilibrio hasta la rendición de Alemania el 8 de mayo de 1945, ocho días después de la muerte de Hitler, que desequilibró un poco la cosa a favor de los americanos.

Desde 1939, Estados Unidos estaba trabajando en el llamado Proyecto Manhattan, un programa de investigación y desarrollo con el objetivo de construir armas nucleares, bajo la dirección del científico J. Robert Oppenheimer, considerado el «padre de la bomba atómica».

Albert Einstein, que había huido de la Alemania nazi y se había establecido en los Estados Unidos antes del inicio de la Segunda Guerra Mundial, desempeñó un papel indirecto pero significativo en el desarrollo de la bomba atómica a través de su famosa ecuación E=mc², que establece la equivalencia entre energía y masa. Un grupo de científicos le pidió que firmase la Carta Einstein-Szilar, donde se instaba al presidente Roosevelt a iniciar un programa sobre energía atómica con fines militares. 

Aunque Einstein no participó directamente en el Proyecto Manhattan (no firmó la Carta Einstein-Szilar), su teoría de la relatividad y su ecuación proporcionaron los fundamentos teóricos necesarios para comprender la energía liberada en las reacciones nucleares. Posteriormente expresó públicamente su arrepentimiento por su implicación indirecta en el desarrollo de la bomba atómica y su preocupación sobre el potencial destructivo de las armas nucleares, y abogó por el control y la paz en el uso de la energía nuclear en los años siguientes. Fue uno de los firmantes del Manifiesto Russell-Einstein en 1955, que instaba a la eliminación de las armas nucleares.

Las bombas atómicas.

La primera bomba/prueba atómica llamada Trinity fue detonada por los Estados Unidos como parte del Proyecto Manhattan el 16 de julio de 1945 en el sitio de pruebas de Alamogordo, en el desierto de Nuevo México. Fue todo un éxito en cuanto a daño y destrucción se refiere, así que, cuando las soltaron sobre Japón, sabían lo que hacían.

La continua resistencia de Japón en la Segunda Guerra Mundial llevó al presidente de los Estados Unidos, Harry S. Truman, que accedió a la presidencia tras la muerte de Roosevelt, a tomar la decisión de utilizar la bomba atómica como una medida extrema para forzar la rendición japonesa y poner fin al conflicto de manera rápida y decisiva.

Bomba atómica sobre Hiroshima: 06 agosto 1945

Bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki. Pinceladas del Pasado. Hiroshima arrasada por la bomba Little Boy. Foto del piloto del Enola Gay.

Hiroshima arrasada por la bomba Little Boy.

Destrucción total.

Foto del piloto del Enola Gay.


La bomba atómica lanzada sobre Hiroshima el 6 de agosto de 1945 fue llamada Little Boy. Fue una bomba de uranio-235, diseñada como un arma de fisión nuclear. La bomba pesaba alrededor de 4,5 toneladas y tenía una potencia explosiva equivalente a aproximadamente 15 kilotones de TNT (un kilotón equivale a mil toneladas).

Bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki. Pinceladas del Pasado. Cúpula Genbaku. Parque de La Paz de Hiroshima.
Restos de la Prefectura Industrial, conocido como  
Cúpula Genbaku, en el Parque conmemorativo de
La Paz de Hiroshima.
(Foto de nuestro viaje en 2019)

El avión B-29 llamado Enola Gay fue el encargado de transportar la bomba hasta Hiroshima. A las 8:15 de la mañana, la bomba fue detonada a una altura de alrededor de 580 metros sobre la ciudad. La explosión resultante generó una gran bola de fuego, una onda de choque devastadora y una intensa radiación.

El impacto de la bomba fue catastrófico. Se estima que alrededor de 70.000 personas murieron instantáneamente debido a la explosión y la radiación, y muchas más sufrieron lesiones graves. En los días y semanas posteriores, el número de víctimas aumentó debido a los efectos de la radiación y las heridas sufridas hasta más de 140.000. La ciudad de Hiroshima quedó en ruinas, con edificios destruidos y una gran área devastada. Fueron arrasaron edificios y estructuras en un radio de aproximadamente 1,6 kilómetros desde el epicentro de la explosión. Se estima que alrededor de 13 kilómetros cuadrados de la ciudad fueron directamente afectados y quedaron en ruinas como resultado del bombardeo.



Bomba atómica sobre Nagasaki tomada 15 minutos después de la isla de Koyagi-jima por el fotógrafo Hiromichi Matsuda. Primera fotografía desde tierra de una bomba atómica.
Bomba atómica sobre Nagasaki tomada 15 minutos 
después de la isla de Koyagi-jima por 
el fotógrafo Hiromichi Matsuda.
Primera fotografía desde tierra de una bomba atómica.


Bomba atómica sobre Nagasaki: 9 agosto 1945

Los americanos ya sabían perfectamente las consecuencias de una bomba atómica sobre una ciudad y, no obstante, tiraron la segunda. La bomba atómica lanzada sobre Nagasaki el 9 de agosto de 1945 fue llamada Fat Man. Al igual que la bomba sobre Hiroshima, Fat Man era una bomba de fisión nuclear, pero utilizaba plutonio-239 como material fisible en lugar de uranio-235.

El avión B-29 llamado Bockscar fue el encargado de transportar y lanzar la bomba sobre Nagasaki. A las 11:02 de la mañana, la bomba fue detonada a una altura de aproximadamente 500 metros sobre la ciudad.

El impacto de la bomba en Nagasaki fue devastador, aunque la topografía montañosa de la región atenuó parcialmente la magnitud de la explosión en comparación con Hiroshima. Se estima que alrededor de 40.000 personas murieron en el acto, y muchas más, hasta el doble, resultaron heridas o sufrieron enfermedades debido a la radiación en los días y semanas posteriores al bombardeo.

La ciudad de Nagasaki también sufrió una destrucción masiva, con edificios y estructuras colapsados o dañados en un área amplia. Sin embargo, algunos sectores, como el valle de Urakami, sufrieron la mayor devastación debido a la ubicación del epicentro del bombardeo.

Se desconocen los cientos de miles que murieron en el años y décadas posteriores como consecuencia directa o indirecta de las radiaciones producidas por las bombas. 
Japón se rindió oficialmente el 2 de septiembre de 1945, poniendo fin a la Segunda Guerra Mundial.

La Segunda Guerra Mundial fue un conflicto devastador que resultó en una enorme pérdida de vidas humanas. Se estima que hubo entre 70 y 85 millones de muertos en total como consecuencia directa e indirecta de la guerra. Esta cifra incluye tanto a militares como a civiles y abarca las muertes causadas directamente por la guerra, como los combates, los bombardeos, los genocidios y los actos de violencia, así como las muertes indirectas debido a enfermedades, hambruna y otras consecuencias de la guerra. Los números pueden variar según las fuentes y los métodos estadísticos utilizados. Millones y millones de desplazados, más de 40. Países arrasados, empobrecidos, con el patrimonio destruido.

No he querido poner fotos de la masacre de Nankin ni de los heridos y quemados por las bombas porque son absolutamente espeluznantes. Pero quien tenga el estómago fuerte y quiera asomarse a ese horror, puede echar un vistazo en las imágenes de Wikimedia Commons u otras páginas de internet, por ejemplo.

Bombas atómicas después de Hiroshima y Nagasaki.

Los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki fueron un evento trágico y sin precedentes en la historia, que causó un enorme sufrimiento humano y planteó cuestionamientos éticos y morales sobre el uso de armas nucleares. A raíz de este acontecimiento, se iniciaron debates sobre la necesidad de controlar y regular el uso de armas nucleares a nivel internacional.

Sin embargo parece que todo se quedó en agua de borrajas. Desde el final de la Segunda Guerra Mundial se han detonado un montón de bombas atómicas en todo el mundo, por diferentes países y en diferentes lugares, unas que se sabe y otras que no.

A saber:

* Estados Unidos: Realizó alrededor de 1.030 pruebas nucleares.
* Unión Soviética/Rusia: Alrededor de 715 pruebas nucleares.
* Francia: Alrededor de 210 pruebas nucleares.
* China: Alrededor de 45 pruebas nucleares.
* Reino Unido: Alrededor de 45 pruebas nucleares.
* India: Al menos 6 pruebas nucleares.
* Pakistán: Al menos 6 pruebas nucleares.
* Corea del Norte: Al menos 6 pruebas nucleares.

  Total 2.063 aproximadamente.

Eso sí, han propuesto un montón de tratados para controlar esto: Tratado sobre la No Proliferación de Armas Nucleares (TNP), el Tratado de Prohibición Parcial de los Ensayos Nucleares (TPPE) y, finalmente, el Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (TPCE) en 1996. Aunque, por supuesto, siguen proliferando los arsenales atómicos.

Según el Instituto de Estudios para la Paz de Estocolmo -SIPRI-, en el mundo existen actualmente -2023- unas 12.512 armas nucleares, repartidas, que se sepa, en nueve países, que son: 

* Estados Unidos, que tiene unas 5.224 ojivas nucleares, de las cuales 1.770 están desplegadas. Que una ojiva esté desplegada quiere decir que está colocada en un misil, se encuentra en una base con fuerzas operativas y que están lista para utilizar en un conflicto bélico. 
* Rusia: tiene unas 5.889 ojivas nucleares, de las cuales 1.674 están despegadas. 
* China: tiene unas 410 ojivas nucleares. Se desconoce el número de desplegadas. 
* Francia: 290 ojivas nucleares y 280 estarían desplegadas. 
* Reino Unido: tiene unas 225 ojivas nucleares, de las cuales 120 están desplegadas. 
* India: tiene unas 164 ojivas nucleares. Se desconoce el número de desplegadas. 
* Pakistán: tiene unas 170 ojivas nucleares. Se desconoce el número de desplegadas. 
* Israel: se estima que tiene unas 90 ojivas nucleares. Se desconoce el número de desplegadas. 
* Corea del Norte: se estima que tiene unas 30 ojivas nucleares. Se desconoce el número de desplegadas. 

En el número total de armas nucleares en el mundo se incluyen las ojivas que están almacenadas y  las que han sido retiradas del servicio operativo, pero que aún no han sido desmanteladas o destruidas.

Todos los datos de este punto son más o menos aproximados, pues los países no son claros ni transparentes a la hora de de informar sobre su actividad o arsenal nuclear.


Bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki. Pinceladas del Pasado. Jardín de Shukkeien, Hiroshima
Mi chico y yo en el Jardín Shukkeien (2019)

Hiroshima y la paz.

Aunque se han llevado a cabo esfuerzos de reconstrucción en los años posteriores, las bombas atómicas tuvieron un impacto duradero en las ciudades y en la vida de las personas afectadas. Hoy en día, Hiroshima se ha convertido en un símbolo de paz y en un recordatorio de los horrores de las armas nucleares.

Había un árbol, un Gingko biloba, a más de un kilómetro del epicentro de la explosión de la bomba atómica en Hiroshima el 6 de agosto de 1945. Estaba ubicado en el Jardín Shukkeien, un hermoso jardín japonés tradicional. Después de la detonación de la bomba, el Jardín Shukkeien quedó prácticamente destruido y la gente que se había ido a refugiar en él, calcinada viva. A pesar de los efectos destructores de la explosión nuclear, el Ginkgo logró sobrevivir, aunque todos los demás árboles y edificios en las proximidades fueron arrasados. Pese a que se quemó y perdió gran parte de su corteza, el árbol produjo nuevos brotes y continuó creciendo. Se convirtió en un símbolo de esperanza y resistencia en medio de la devastación. Su capacidad para regenerarse y florecer en un entorno tan hostil se interpretó como un mensaje de paz y de la capacidad de la naturaleza y de las personas para superar la adversidad.

Semillas de este Ginkgo biloba se han distribuido y se distribuyen por todo el mundo, plantándose en diferentes lugares como un símbolo viviente de esperanza y paz.

¿Es posible la paz?

El Parque de la Paz de Hiroshima se estableció como un lugar dedicado a la memoria de las víctimas de la bomba atómica y a la promoción de la paz mundial. Allí hay un museo impresionante, una muestra de lo que hizo la aniquilación total. Cuando estuve allí se me hizo un nudo en la garganta, se me nublaron los ojos de lágrimas y se me encogió el corazón. Como cuando estuve en los campos de concentración de Auschwit y Dachau en Alemania o en el de Treblinka en Polonia. Como en los infinitos campos de cruces blancas en la Normandía francesa donde los muertos más viejos no llegaban a los 25 años. Es espantoso.

La capacidad de barbarie y destrucción del ser humano es casi infinita. Se quita la fe en la especie. No aprendemos. En este momento hay más de diez conflictos armados en el mundo. Entre otros: Rusia-Ucrania, Etiopía, Siria, Afganistan, Yemen, Israel-Palestina, Haití, Myanmar, etc. Además de todos los países donde se vulneran sistemática y terriblemente los derechos humanos. Y, quizás, la Tercera Guerra Mundial esté llamando a la puerta.

Por eso valoro tanto, la bondad y la generosidad de una persona. Porque es una pequeña luz que nos dice que también el ser humano puede ser eso. Una persona buena es un rayito de esperanza para todos. ¡Ojalá la bondad fuera tan contagiosa como lo es el salvajismo y la maldad!

La Humanidad debería prohibir por decreto las guerras y la destrucción del planeta.



Fotos: Wikimedia Commons DP. 
               Álbum personal.

Fuentes:

Internet:








Comentarios

Entradas populares de este blog

«EPPUR SI MUOVE» UN RESCATE EN EL TIEMPO. Marta Payo Yubero

«EPPUR SI MUOVE» UN RESCATE EN EL TIEMPO.