Amor en la despedida.



Edvard Munch. La niña enferma, 1885-86. Nasjonalgalleriet, Oslo.
Edvard Munch. La niña enferma, 1885-86.
Nasjonalgalleriet, Oslo

🌺 Hace ya 20 años, un terrible cáncer se llevó a mi padre. 

🌺 Quince años después murió mi nieta con ocho meses. Una terrible mutación genética (síndrome de Zellweger) la había condenado desde su gestación a no vivir más de un año. 

Tanto mi madre como mis hijos hicieron lo indecible por nuestros seres queridos: el amor, el tiempo y la dedicación eran totales y absolutos. El sufrimiento, unido al suyo, también. Ellos, y miles de familiares/cuidadores de ancianos y enfermos que lo han dado todo, saben de lo que estoy hablando.

Quizás, cuando su alma empezase a volar hacia las estrellas, en su corazón nos hayan escrito una carta que nunca leeremos... 


💕AMOR EN LA DESPEDIDA💖 


Siento tu abrazo por la noche, tierno y cálido, cuando piensas que duermo. Siento la respiración de tu pecho pegado a mi espalda y cómo, a la vez, mi camiseta se va mojando con tus lágrimas. Sé que sufres, sé que tu sufrimiento es inaguantable, casi infinito, como el mío. Yo no puedo hacer nada, es mi sino, pero tú, tú sí podrías salvarte, huir de esto, y sin embargo aquí estás, día a día, conmigo al pie del cañón. Sin desfallecer. 

Tu sonrisa por la mañana, como si la noche no hubiera existido, es mi mejor alimento, mi maná diario. Tu conversación, ligera y desenfadada, hace que me olvide por un momento de mi pesada carga y me enganche de nuevo a la vida. Y de verdad que lo hago. Me siento feliz contigo. ¡Tan feliz! 

El cariño con el que me tratas, sin un mal gesto, una mala palabra, con esa abnegación invisible con la que eres capaz de convertir en un juego para los dos cuando me lavas, cuando me das de comer, cuando tienes que lidiar con esas situaciones cotidianas tan duras y desagradables, cuando mi cuerpo se descompone y no hay forma de recoger los pedazos… Tu suave voz cuando me lees, modulando la entonación de los personajes como si tu reducido auditorio fuera un niño pequeño, mientras sujetas mi lánguida y casi inerte mano. Tus palabras de ánimo cuando me hundo y cómo llenas mi tiempo de alegría en los ratos que estoy mejor. Cómo llevas todo para adelante, el trabajo, la casa, las compras, a mí…, sin mostrar jamás una muestra de fatiga o desasosiego. No hay palabras en el diccionario para darte las gracias por ese amor y esa entrega. Todas se me quedan cortas. 

Siempre te he querido y siempre te he admirado, pero es ahora, cuando ya casi no tenemos tiempo, que estoy descubriendo la generosidad sin límites, la grandeza sin fin de tu corazón. El mundo entero ha descubierto la persona tan extraordinaria que eres. 

Te dejo. Te tengo que dejar ya. Pero no sufras porque me vaya. Ya has sufrido bastante y te has tragado un mar de lágrimas. El amor con el que me has envuelto ha suavizado y me ha protegido del inmenso dolor que ha invadido todo mi ser y ha hecho que cada día fuera soportable. Has sido mi fuente de vida. 

Te dejo porque mi cuerpo ya no me responde, el aire no me entra en los pulmones y mi corazón no tiene ya fuerzas para latir. El cansancio me supera y necesito descansar. Descansar definitivamente. Pero tengo miedo. La muerte da miedo. ¡Es tan absoluta! Esta noche voy a necesitar, quizás por última vez, que te fundas conmigo, que seamos dos en uno, que la soledad no exista. Abrázame. Abrázame por la espalda, pero no llores. Y no llores cuando mañana te despiertes y yo ya no esté. 

Ya me has dado todo lo que podías, has sido el esclavo/a de mi enfermedad y te mereces ser libre. Libre y feliz. Yo estaré bien. Abre la puerta a la vida. Una vida sin mí pero igualmente hermosa. Podemos vivir más de una vida en nuestra existencia y tú vas a empezar a escribir los primeros renglones de una nueva. Disfrútala con todo tu corazón y con todo tu ser. Te lo has ganado y te lo mereces. 

Cuando el viento en la cima de las montañas te envuelva, te abrace y te bese la cara. Cuando los aromas del campo y la música de los árboles embriaguen tus sentidos. Cuando respires hondo y sientas tu pecho pleno de vida, felicidad y amor, siéntete en el Olimpo de los dioses. Porque para mí has sido eso, mi dios/a del amor sublime y eterno. Y yo, esté dónde esté, seguiré contigo. 

¡Vive! ¡Sé feliz! 


👤 5 de noviembre, día del Cuidador. Ser cuidador es una labor a veces dura y sacrificada que requiere unas grandes dosis de generosidad y comprensión. A veces, incluso, está poco reconocida y poco valorada, cuando hoy en día, los cuidadores son indispensables para que nuestra sociedad funcione. 

🏆 Desde aquí, mi reconocimiento y mi gratitud a todos los cuidadores que con cariño y dedicación atienden a las personas más vulnerables de nuestra sociedad. 


#Cuidadores #Díadelcuidador #Muerte #Muertefamiliar #Muerteserquerido #Cartadeamor 


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