Galileo Galilei: Biografía de un valiente.

Breve biografía cronológica de la vida de Galileo.

Retrato de Galileo Galilei. Justus Sustermans, 1635. Galería Uffizi, Florencia.
Retrato de Galileo Galilei
Justus Sustermans, 1635.
Galería Uffizi, Florencia.

1564 Nace en Pisa el 15 de febrero y fue el mayor de siete hermanos, de los que tres murieron siendo niños. Su padre era un músico florentino, Vincenzo Galilei, compositor, poeta, tañedor de laúd y violinista, que se encontraba de paso en esta ciudad. Aquí conoció a la que fue su mujer, Giulia Ammananti, una mujer frustrada y gastona. Vicenzo, al formar una familia y no llegarle los ingresos como músico tuvo que ganarse la vida como comerciante. Su forma de ver la música, su inconformismo, su desacuerdo con las nomas establecidas, su negativa a hacer música religiosa, su estudio sobre la música antigua, la griega, sobre las disonancias, etc. hacen que no tenga mucha aceptación como profesional y no le contratan. El pequeño Galileo no puede ir a la escuela y su padre se encarga los primeros años de su educación. 

1572 Vincenzo marcha a Florencia a trabajar y la familia se queda en Pisa. 

1574 El resto de la familia se reúne con Vincenzo en Florencia. Galileo es un chico pelirrojo, grandón de cuerpo y muy curioso. Estudió en una escuela modesta, la abadía de Vallombrosa, ya que la familia, si bien era de un buen bagaje cultural, pues procedían de una nobleza venida a menos, no podía permitirse grandes lujos. Destaca en habilidades manuales y dibujo. Su padre le inicia en la poesía y la música, la cual él pronto relaciona con las matemáticas. 

1581 Aunque él quería entrar en un monasterio, pues era profundamente católico, ingresa en la Universidad de Pisa para estudiar Medicina a instancias de su padre, que era antirreligioso y sabía de la inteligencia excepcional de su hijo. Sin embargo, al poco tiempo abandona estos estudios para dedicarse a las Matemáticas bajo la supervisión de Ostilio Ricci, gran empírico (es decir, que basa sus conclusiones en las experiencias) que trabajaba como matemático para el Gran Duque de Toscana. También estudió Filosofía. 

Retrato de Nicolás Copérnico.  Anónimo. Ayuntamiento de Toruń, Polonia
Retrato de Nicolás Copérnico. 
Anónimo.
Ayuntamiento de Toruń, Polonia

Allí conoce y estudia a Copérnico (1473-1543), un valiente monje polaco renacentista, que trabajó como canónigo católico, matemático y astrónomo, entre otras cosas, y que rescató y formuló la teoría heliocéntrica del sistema solar (los planetas giran alrededor del sol), que ya había concebido el astrónomo griego Aristarco de Samos, dieciocho siglos antes. Su única obra, 
De Revolutionibus Orbium Coelestium, solo puede ver la luz el mismo día en que él está en su lecho de muerte.

Galileo empezó a ser crítico con el aristotelismo imperante, que propugnaba, entre otras muchas cosas: la existencia de un Primer Motor (asimilable con Dios) que transmitía movimiento a todas las cosas; la teoría de la generación espontánea (las cosas surgen porque sí, son como son y no pueden ser de otra manera); las cosas y los objetos se comportan según su naturaleza (una piedra cae porque está en su naturaleza estar en el suelo); y propugna el geocentrismo (la Tierra estaría fija en el centro del Universo y los planetas girarían a su alrededor “pegados” en esferas concéntricas). Estas teorías aristotélicas fueron adoptadas y adaptadas por la Iglesia porque “explicaban” muy bien la Biblia. Estudia a Arquímedes, por el que siente una especial devoción, y como él necesita la demostración y el experimento para convencerse de las cosas. 

1583 Observando en una iglesia la oscilación de una lámpara suspendida en una bóveda, descubrió la isocronía en el movimiento del péndulo. Cuando la lámpara oscilaba, lo hacía siempre en el mismo tiempo (lo medía con su propio pulso), independientemente de la amplitud de la oscilación. Estudiando y experimentando sobre ello deduce, además que el tiempo de oscilación también es independiente del peso, pero no de la longitud de la cuerda. Este descubrimiento dio lugar a una nueva rama de la ciencia: la mecánica. También se le ocurrió la idea de aplicar el movimiento del péndulo en la medición del tiempo. Años después el científico holandés Christiaan Huygens inventó el reloj de péndulo. 

1584 La familia pasa por fuertes problemas económicos. Debido a su fuerte carácter y a la seguridad en sí mismo que mostraba, se granjea la enemistad de sus profesores, a los que critica en sus teorías y hasta en el hecho de llevar toga, y estos le deniegan la beca que necesita para seguir estudiando. Abandona la universidad sin obtener ningún título. Con una privilegiada inteligencia de la que era consciente, el joven Galileo consolidaba su fuerte personalidad: soberbio, vanidoso, egocéntrico, amigo de sus amigos, interesado, generoso, entusiasta, obstinado, provocador (entre otras cosas, escribía en italiano y no en latín, como era prescriptivo, para que sus ideas llegasen a todo el mundo), sarcástico, divertido, irónico y, a menudo, falto de diplomacia (se jactaba de sus logros y se burlaba de los adversarios) lo que le ocasionó más de un problema a lo largo de su vida. Ya entonces llevaba la barba y la capa que le caracterizan en las pinturas que de él se conservan. 

1586 Investiga y construye balanzas. Escribe La Bilanchetta, sobre las propiedades y fundamentos de las balanzas, cómo las hizo y técnicas de uso, así como experimentos de balanza hidrostática (Arquímedes). 

1588 Entabla relación con el matemático y marqués Guidobaldo del Monte, cuya amistad será muy valiosa a nivel personal y profesional. 

1589 Da clases particulares en Florencia y Siena y busca trabajo en distintas universidades y escuelas -Bolonia, Padua, Florencia-, en las que es rechazado (le precede su fama de problemático). La Academia Florencia le propone que dé una charla sobre las medidas del infierno. Galileo, haciendo un minucioso y matemático análisis del Infierno de La divina comedia de Dante, da una conferencia espectacular, muy aplaudida y celebrada por todos, profesores y alumnos, pero que no le reporta un contrato de trabajo. Al final le contratan como profesor de Física en la Universidad de Pisa, pero con un salario muy pequeño. Intensifica la relación con su padre y juntos investigan sobre las matemáticas aplicadas a la música, cómo afecta el número de cuerdas a los instrumentos, escriben poesía, componen madrigales y tocan juntos el laúd y el órgano. A los dos les gustan las tabernas, comer, beber y disfrutar de la compañía de mujeres. 

Galileo Galilei. Cuerpos en caída libre. Torre de Pisa.
1590 Años antes, Girolamo Borro, filósofo aristotélico muy reputado en Pisa, había hecho pruebas de caída libre, llegando a la conclusión que los cuerpos llegaban al suelo antes o después dependiendo de su masa. Galileo refuta esta teoría tirando desde la Torre Inclinada bolas de distintos materiales y tamaños y comprobando que todas caían a la misma velocidad, independientemente de la masa y la naturaleza del material y que la velocidad de caída solo depende de la altura y no de la masa, desafinado así las ideas de Aristóteles, quien afirmaba que los cuerpos más pesados caían más rápido que los más ligeros. Algunos autores piensan que pudo ser en otro lugar o que nunca se dio esta anécdota. Escribe Motu, primera obra de mecánica, que trata sobre el movimiento y lo que había descubierto con sus experimentos de caída libre. No se llega a publicar. 

1591 Muere su padre, por lo que tiene que hacerse cargo de la familia, lo que le ocasiona numerosos problemas económicos, ya que tiene que mantener a su madre y hermanos, Livia, Virginia y Michelangelo. Tuvo que hacerse cargo de las dotes por matrimonio de sus hermanas, la mala gestión de las finanzas de su hermano y la insaciable demanda de dinero de su madre. Las deudas de su familia le supusieron reclamaciones judiciales de los acreedores. Sufrió acoso económico por parte de ellos toda la vida. 

Galileo en la Universidad de Padua  demostrando las nuevas teorías astronómicas. Felix Parra, 1873. Museo Nacional de Arte, México.
Galileo en la Universidad de Padua
 demostrando las nuevas teorías astronómicas.
Felix Parra, 1873.
Museo Nacional de Arte, México.

1592 Entre lo poco que le pagaban, el rechazo que provocaban sus teorías entre los aristotélicos y las diferencias con un noble de la ciudad, familiar de los Médicis, por la crítica de Galileo a un proyecto suyo, abandona Pisa en 1592 y acepta un cátedra de Matemáticas en la Universidad de Padua como profesor de geometría, matemáticas, mecánica y astronomía, trabajo que ocupó hasta 1610. Su discurso de ingreso llegó a oídos de Tycho Brahe, por entonces el astrónomo más reconocido de Europa que dijo: “acaba de nacer una nueva estrella en el firmamento de la ciencia". En Padua conoce a dos grandes amigos: al noble Gianvicenzio Pinelli, amigo de Del Monte, que organiza reuniones con lo más selecto de la sociedad intelectual y artística del momento y en las cuales Galileo participa activamente y con entusiasmo, interpreta los madrigales de su padre, lee su poesía, se da a conocer y a ser reconocido. Y a Gianfrancesco Sagredo, un joven inteligente con un espíritu festivo y vividor que le inicia en los prostíbulos (donde seguramente conoce a su futura amante, Marina Gamba), que se convierte en un gran amigo. 

1593 Contrae un grave catarro que le deja artritis y otras secuelas de por vida, y desde entonces sufrirá frecuentes problemas de salud. Es atendido y salvado por su amigo y gran médico Acquapendente. Apremiado por los acuciantes problemas económicos debidos al mantenimiento de su familia, se dedicó a inventar cosas: el termoscopio (aparato que compara la temperatura de dos cuerpos), una bomba de agua... pero sin éxito comercial. 

1597 Tiene un golpe de suerte: Inventa el compás militar, una especie de regla de cálculo que tuvo muy buena acogida entre los militares, matemáticos, banqueros, contables..., que comercializa con el artesano Mazzoleni y que le aporta unos sustanciosos beneficios. Inicia correspondencia con el matemático y astrónomo alemán Johannes Kepler. 

1599 Inicia una relación con la veneciana Marina Gamba, con la que no se casa ni viven nunca juntos (Galileo no consiente) pero tienen tres hijos, Virginia, Livia y Vicenzo (1600, 1601 y 1606). Puesto que eran hijos de madre soltera, Galileo no pudo darles el apellido. Marina le fue fiel el tiempo que estuvo con él (luego se caso con otro) y tuvieron muy buena relación, pero Galileo no destacó por ser un buen padre, aunque siempre los mantuvo económicamente. 

Estatua en bronce de Giordano Bruno en  Campo di Fiori, Roma.
Estatua en bronce de
Giordano Bruno en 
Campo di Fiori, Roma.

1600 El mundo científico librepensador, entre los que se encuentra Galileo, se conmociona ante el asesinato del monje Giordano Bruno por haber defendido, entre otras (también había discrepancias teológicas con la Iglesia), las teorías heliocéntricas de Copérnico por parte de la Inquisición, en un proceso llevado a cabo por el dominico Roberto Bellarmino. Después de siete años encerrado, fue quemado vivo en la plaza del Campo di Fiori de Roma.

1602 Sigue apurado de dinero, tiene que mantener a la madre de sus hijos y su madre sus hermanos continúan presionando para que les costee la vida (¡vaya familia de "chupópteros" que tuvo que aguantar!). Aunque no le entusiasma dar clases pues le resta tiempo para el estudio, es considerado un gran y motivador profesor y muy demandado por las familias pudientes. 

Retoma la investigación matemática, y así estudia sobre la caída libre, la inercia, el plano inclinado, el movimiento uniformemente acelerado y se vuelve a interesar por la Astronomía. Expone sus ideas con resolución y se llega a mofar de las ideas aristotélicas de sus adversarios. 

Sistema Solar
Sistema Solar (Imagen Pixabay)

1604 Observa la aparición y desaparición de una estrella nova por lo que establece que en el cielo pueden cambiar cosas. Es un punto de inflexión en su visión del cosmos y el nacimiento de una vocación. Galileo se distancia de los aristotélicos (que abogaban porque había unas leyes físicas para la Tierra y otras para el resto del Universo, que era perfecto e inamovible) y de la Iglesia, que no ve con buenos ojos una versión distinta de la que ella interpretaba de las Escrituras sobre la Creación, y que sitúa la Tierra el centro del Universo -sistema geocéntrico de Ptolomeo-. Se acerca a las teorías de Copérnico, monje polaco -1473/1543- que rescata el sistema heliocéntrico, propuesto por Aristarco de Samos en que es el Sol el centro del Universo y la Tierra gira a su alrededor, y que fue condenado por la Iglesia por ello. Deduce que todo el Universo se rige por las mismas leyes físicas. Da conferencias multitudinarias sobre ello en las que es admirado por unos y rechazado peligrosamente por otros. De un lado, el sacerdote veneciano Paolo Sarpi, consejero del Dux, persona de mente abierta y versado en muchas ramas de las ciencias y la filosofía, diplomático, gran investigador y médico, y de otro el cardenal Roberto Belarmino, que unos años antes había condenado, torturado y quemado vivo en Roma a Giordano Bruno por la difusión de sus ideas copernicanas, y a los jesuitas, que se consideraban los adalides del conocimiento. Los tres se habían conocido en la mansión paduana de Pinelli. 

1605 Vuelve a caer enfermo. Otra vez la familia le demanda a los jueces para que les de un dinero que no puede pagar. Sus amigos nobles y poderosos interceden por él. 

1606 Publica un manual de instrucciones para el compás militar, Le Operazioni del compasso Geometrico e Militare, que vendía por separado con cada compás. Se lo dedicó a su amigo y alumno Cosme II de Médici, Gran duque de Tosaca. (Los Médici eran una poderosa e influyente familia florentina de banqueros del Renancimiento, que dio también muchos políticos, mecenas y algún papa. Llegaron a gobernar toda la Toscana). El compás y el manual le proporcionan notables ingresos que lo sacan de la penuria económica, atiende a su familia, compra una casa para él y un taller con alojamiento para los Mazzoleni. 

Sarpi, con el apoyo del dux Leonardo Dona, critica duramente al papa Pablo V y al Vaticano por su intromisión en la política y en asuntos que no conciernen al espíritu, es contrario a la Inquisición y lee libros prohibidos, entre otras cosas. El papa excomulga al dux y a todo el gobierno veneciano. Se crea una gran tensión entre Venecia y el Vaticano. 

1607 Sarpi planea escribir sobre el Concilio de Trento y el Vaticano le invita a ir a Roma a documentarse. Viendo que esto puede ser una trampa rechaza la invitación, pero pide permiso para consultar unos documentos sobre procesos de la Inquisición custodiados en Venecia. Al leerlos se le revuelve el estómago y piensa en publicarlos. Una emboscada de sicarios del Vaticano le propina quince puñadas y está a punto de morir. Se salva in extremis gracias a los cuidados del médico de Galileo, Acquapendente. Este ataque a su amigo, figura relevante y respetada, afecta mucho a Galileo, que se replantea su vida personal y profesional. Tiempo después detienen a los atacantes en Roma, el cabecilla era otro sacerdote. 

1609 A través de un amigo, Galileo tiene noticias de que un holandés llamado Hans Lippershey había inventado el telescopio y que un astrónomo inglés, Thomas Harriot, había hecho investigaciones apuntando con él a la luna. Confirma esta información con Sarpi, que ya la conocía, hecho que molesta a Galileo por no habérselo dicho antes y le insta a que retenga la divulgación de este descubrimiento en Venecia, mientras él construye su primer telescopio (construirá más de 60 en un año). Lo presenta al dux como de su invención (aquí Galileo no juega limpio, me parece a mí) y se lo pretende regalar con fines militares a cambio de su mecenazgo. El dux, que queda maravillado con el artilugio, le da a cambio una cátedra vitalicia en la Universidad de Padua (a Galileo nunca le había gustado la enseñanza, aunque era de lo que vivía). 

Mira la luna, se queda extasiado. Las estrellas, los planetas… Empieza un concienzudo estudio del cielo.

Sidereus Nuncius. Principal obra de Galileo, 1610.


1610 Publica en Florencia su obra principal, Sidereus Nuncius (El mensajero de las estrellas) donde escribe en latín el resultado de sus observaciones, entre otras: sobre la superficie de la Luna (midió sus montañas) y sus fases, sobre la Vía Láctea, las constelaciones, los satélites de Júpiter, las fases de Venus, comprueba que gira alrededor del sol, desmontando así la teoría ptolomaica, vislumbra algo alrededor de Saturno (que no detecta que son anillos. C. Huygens los descubre en 1657 con un telescopio más potente), las manchas y la rotación del Sol sobre su eje, expone su teoría heliocéntrica: así como los satélites de Júpiter giran alrededor de él, todos los planetas giran alrededor del Sol, el único elemento en el sistema solar con luz propia, etc. 

Galileo enseña el funcionamiento del telescopio al dux de Venecia. Fresco de Giuseppe Bertini (1825-1898) Villa Ponti, Varese, Italia
Galileo enseña el funcionamiento del telescopio
al dux de Venecia.
Fresco de Giuseppe Bertini (1825-1898)
Villa Ponti, Varese, Italia

Sidereus Nuncius tiene muy buena acogida y se vende por toda Europa. Recibe el aplauso el apoyo del gran matemático y astrónomo alemán Johannes Keppler. Cosme II, Gran Duque de la Toscana y amigo suyo le ofrece su mecenazgo, deja Venecia y se instala en Florencia, donde expone sus teorías y demuestra sus descubrimientos. No se lleva a la madre de sus hijos, Marina Gamba, que termina casándose con otro señor. Galileo, al que le gustaban mucho los títulos, solicita al Gran Duque, y este se lo otorga, el título de Primer Matemático y Filósofo de Gran Duque de Toscana. Es considerado el científico más importante de Europa, le llaman “El Cristóbal Colón” o el “Magallanes” del cielo. Sin embargo, pasa de la protección del Estado de Venecia, enemistado con el Vaticano, a la Toscana, bajo el poder de Roma. El Estado de Venecia no se toma a bien la deserción del científico mientras que Florencia se siente agraciada. Toma como ayudante a su discípulo y amigo Filippo Salviatti. 

1611 Viaja a Roma donde visita al papa Pablo V, a los jesuitas, presididos por el cardenal Belarmino y al cardenal Malfeo Barberini, futuro papa Urbano VIII, para presentarle sus descubrimientos con la seguridad, vanidad y esmerada educación que lo caracteriza. Allá donde va, es recibido con honores y es nombrado Miembro de la Accademia dei Lincei (Academia Nacional de los Linces) grupo científico y esotérico de liberales más o menos radicales (a uno de ellos, Giambattista della Porta se atribuye en nombre de “telescopio” al telescopio, que hasta entonces se llamaba “tubo mágico”), fundada por el noble Federico Cesi, pero empiezan a salirle los primeros enemigos -aristotélicos- a sus demostraciones copernicanas que, como no pueden atacarle en lo científico y así lo acepta el Colegio Romano, dado que sus estudios están basados en la observación astronómica y la experiencia, lo atacan en lo teológico: sus deducciones son contrarias a las Escrituras. Además, la mala calidad de los telescopios a la venta le quitaban credibilidad ante sus adversarios: lo que no se ve, no existe. Surgen otros detractores, uno de los cuales se llamaba Ludovico delle Colombe. Los amigos de Galileo, les apodaron en tono de burla como la “Liga de los Pichones” en honor al apellido de Ludovico. Estos acusaban a Galileo de haberse inventado los descubrimientos de Sidereus Nuncius. Kepler salió en su defensa. También empiezan a atacarle por otro flanco: los cuerpos flotantes. Mientras que los de la Liga de los Pichones -aristotélicos- piensan que los cuerpos flotan porque está en su naturaleza flotar, Galileo defiende que flotan en el agua porque son más ligeros. 

El cardenal Belarmino, que había mandado a la hoguera al napolitano Giordano Bruno (filósofo, matemático y astrónomo copernicano y exfraile panteísta –Dios está en todas partes y todo el Universo es Dios- ordenó a la Inquisición una investigación sobre Galileo

1612 Ya en Florencia, estudia junto con Salviati sobre las manchas solares y escribe su Discurso sobre cuerpos flotantes a petición de Cosme II, que fue un éxito de ventas. Construye su primer microscopio, cuyo invento pertenece al holandés Zacarías Jansen. Tiene varias recaídas de salud. 

1613 Publica Historia y demostraciones acerca de las manchas solares (que se lo dedica a Salviati) por el que recibe muchas críticas de los aristotélicos y la Iglesia, ya que la Biblia no dice nada de manchas solares, “¿cómo va a tener el son manchas si es perfecto?” a las que, enfadado, contesta con grosería, mofa y desprecio. 

Al pensar que sus hijas, al ser de madre soltera, no se iban a casar, las ingresa en un estricto convento de Clarisas, que las hace muy infelices. Su hija mayor, Virginia, fue una buena monja, pero hija Livia, que no tenía ninguna vocación, no se adaptó y padeció problemas mentales toda su vida. No obstante, Galileo procuró vivir cerca del convento y las visitaba con frecuencia. 

En diciembre, su discípulo y amigo el fraile Benedetto Castelli, es invitado a una cena de alto rango, donde estaban los Médici, entre otros Cosme II y su madre la Gran Duquesa Cristina, de ideas claramente aristotélicas, pero que profesa un gran afecto a Galileo. Castelli habla con entusiasmo de las ideas, los descubrimientos y los inventos de Galileo, poniendo a este en un aprieto. Para mitigar esta indiscreción de su amigo, escribe la Carta a la Gran Duquesa Cristina de Toscana, explicándole cómo podrían compaginarse sus ideas con las Escrituras. Error, se mete en el peligroso terreno de la teología por defender la libertad de la investigación científica. 

1614 El asesinato en una pelea en España de su amigo Salviati le dejó desolado. 

A final del año, el dominico Tomasso Caccini (fanático de Savonarola, otro dominico extremista que masacró a multitud de personas porque se vestían con colores o se maquillaban y tonterías así y que fue a su vez ejecutado por sus víctimas) ataca a Galileo desde el púlpito de una forma violenta y feroz, (pone como prueba que Dios detuvo al sol durante 24 horas para que Josué pudiera ganar la batalla con sus enemigos, je, je!) pero que tiene seguidores. Galileo y sus amigos se defienden de estos ataques, no obstante empieza a tener problemas con los poderes eclesiásticos.
 
1615 Caccini va a Roma a denunciar a Galileo ante la Inquisición, llevando como prueba el estudio Historia y demostraciones acerca de las manchas solares. Galileo, después de superar otra grave crisis de salud, va también a defenderse con energía y vehemencia. Se encuentra con menos apoyos de los que esperaba, ya que alguno de sus amigos tiene miedo, aunque sí disfruta del apoyo y la compañía de los miembros de la Academia de los Linces, no obstante sale absuelto de las acusaciones de Caccini. 

Cardenal Roberto Belarmino. Anónimo, siglo XVII. Escuela Italiana.
Cardenal Roberto Belarmino.
Anónimo, siglo XVII. Escuela Italiana.


1616 Sin embargo, el inquisidor cardenal Belarmino, que no consiente el antiaristotelismo, ni la teoría heliocéntrica de Copérnico, ni que el sol tenga manchas, hizo comparecer a Galileo ante el Santo Oficio -de manera informal, sin tribunal ni juicio-, que le censura su obra por herética con la ratificación del papa Paulo V. Al no poder demostrar de una forma convincente -para ellos- el movimiento heliocéntrico de los planetas, se le prohíbe la divulgación de sus teorías copernicanas y sólo podrá hablar de ellas como meras hipótesis. No queda constancia escrita, es una prohibición verbal. De muy mala gana y porque el secretario le sugirió que si no aceptaba la situación “como buen cristiano” podría ir de cabeza a la hoguera, Galileo tuvo que doblegarse a esto. El dominico Seghizzi redactó un documento en que se prohibía a Galileo cualquier tipo de manifestación procopernicana, documento que se quedó sin firmar, parece ser que Belarmino no quiso. 

Al poco tiempo, la Iglesia retira de la circulación el libro de Copérnico De Revolutionibus Orbium Coelestium incluyéndolo en el Index librorum prohibitorum et expurgatorum -Índice de libros prohibidos- de la Iglesia Católica, pero tanto el papa como Belarmino se muestran respetuosos con Galileo. Pasa unos meses en Roma y vuelve a Florencia a instancias de Cosme II. 

Publica Discorso sul flusso e il reflusso del mare, en que atribuía a la rotación de la Tierra el fenómeno de las mareas (más copernicano) sin tener en cuenta la luna para nada. Murió con el error. 

1618 Continúa sus estudios, entre otras cosas, sobre los satélites de Júpiter, las mareas y la trayectoria elíptica de los cometas (de Tycho Brahe), así como del microcosmos y teoría atómica y molecular. Aparecen unos cometas en el cielo, pero Galileo, nuevamente con problemas de salud, se retrae de hablar, sin embargo ante una publicación del jesuita Orazio Grassi al respecto (sobre los cometas y sus órbitas), no puede evitar responderle, ganándose así un gran enemigo. 

Empieza la “Guerra de los 30 años”, ejércitos católicos contra protestantes. 

1619 Muere la madre de sus hijos, Marina Gamba. 

1620 Muere su gran amigo Sagredo, una de las personas con las que pasó los mejores momentos de su vida y que siempre le aconsejaba volver a Venecia para protegerle de los ataques de la Iglesia, y su madre, Giulia. 

1621 Muere su amigo y protector Cosme II. Le sucede su hijo Fernando, pero como es un niño, queda como regente la Gran Duquesa Cristina. Galileo se queda sin mecenas y sin protector. Estas cuatro muertes afectan mucho a Galileo y en medio del dolor, encuentra alivio en la relación con su hija Virginia (llamada sor María Celeste), cuyo amor mutuo se consolida siendo su gran apoyo en adelante. 

Cosecha reconocimientos académicos y científicos, como ser nombrado Cónsul de la Academia Florentina, pero a la vez, duros ataques de sus enemigos, en especial de los jesuitas. 

Mueren el papa Pablo V y el cardenal Roberto Balarmino, (llamado “Martillo de herejes”, la Iglesia le hace santo en 1930), lo que le da esperanzas en relación al nuevo libro que está escribiendo, Il saggiatore, sobre sus investigaciones con el microscopio, la teoría atómica y molecular. 

1623 Muere Paolo Sarpi. 

Su amigo Cesi publica Il saggiatore en los Linces. Perfecciona el microscopio y estudia sobre las propiedades de los imanes. 

1624 Va a Roma a presentar el libro al nuevo papa, Urbano VIII, que admiraba el trabajo de Galileo y se convierte en amigo y protector. Le deleita también con su modelo de microscopio, aunque la curia en pleno se queda estupefacta al ver los “bichos” que tiene el agua. Todos le muestran admiración. Es considerado representante del mundo intelectual activo e inconformista. Pero Urbano VIII es un lobo con piel de cordero. Poco después de que Galileo abandone Roma, la Inquisición “interroga” hasta la muerte al obispo de Split por haber llevado a Inglaterra los escritos de Sarpi sobre la Inquisición en Venecia y otras “herejías”. Quemaron su cadáver, con ataúd y todo, en el Campo di Fiori ( donde asesinaron a Giordano Bruno) como estaba previsto. 

Empieza a escribir los Diálogos. Los problemas de salud empiezan a ser frecuentes, ralentizando el trabajo. 

Alguien denuncia anónimamente a Il saggiatore ante la Inquisición (¿Grassi?) por entender que la teoría atómica y molecular va en contra del milagro de la Eucaristía.
 
1628 Cae gravemente enfermo y está a punto de morir. Mantiene una intensa y afectuosa relación con sus hijas, sobre todo con María Celeste, a las que visita frecuentemente. Su hijo Vincenzo se gradúa en derecho y hace una buena boda. Su otra familia, hermanas, cuñados, sobrinos y demás, empiezan a sablearle de nuevo.
 
1630 Vuelve a Roma para conseguir el apoyo papal de su nuevo libro (obligatorio en todas las publicaciones), cuyo encargado el cardenal Riccardi, que no hace más que poner pegas a los Diálogos, no obstante, pasa el filtro de la censura. Urbano VIII había cambiado, se había vuelto déspota, intransigente, paranoico, intolerante y peligroso. 

Al llegar a Florencia, se entera de que su amigo, editor y benefactor Federico Cesi ha muerto por la peste. Se siente desolado. La peste se instala en Florencia y la ciudad se pone en cuarentena. 

1631 Muere su hermano Michelangelo, dejando a su mujer e hijos en la ruina. 

1632 Publica Dialogo sopra i due massimi sistemi del mondo tolemaico e copernicano bajo el mecenazgo del papa Urbano VIII y el Gran Duque de Toscana Fernando II de Médicis. En este libro, un seguidor de Copérnico, Salviati, un aristotélico, Simplicio, y el inteligente anfitrión, Sagredo, intercambian sus respectivos puntos de vista, ganando Salvati la batalla dialéctica. Los nombres de Sagredo y Salviati hacen honor a sus amigos fallecidos a los que quería, pero algunos de sus enemigos quisieron ver ridiculizado al papa hasta en el nombre en el personaje de Simplicio (lo que parece que no era cierto) y envenenan a este contra el autor. En el mundo científico de toda Europa, el libro fue recibido con aplausos, pero no en Roma. De nuevo hay una denuncia anónima a la Inquisición y se pide retirar los libros que estaban a la venta. Se piensa que fue algún jesuita. Estos se consideraban los intelectuales de la Iglesia y odiaban a Galileo. A pesar del afecto que le tenía el papa, piensa que lo ha traicionado y que lo tiene que pagar… Se nombra un Comité de Investigación, junto con Riccardi, al teólogo Agnostino Oregio y al jesuita alemán Melchior Inchofer. Este quiere destruir a Galileo y se afana buscando pruebas acusatorias: 

1.- El acta de 1616 (sin firmar) de Seghezzi en que se insta a Galileo a no divulgar, enseñar ni publicar nada relativo a las teorías de Copérnico. 

2.- La denuncia anónima de El ensayador. Que el pan y el vino no se puedan convertir en el cuerpo y la sangre de Cristo (y no figuradamente) es la mayor herejía del mundo mundial. Esto no lo sacan en el juicio por el uso que pudieran darle los enemigos de la Iglesia. 

3.- El Dialogo, donde entienden que hace una defensa del copernicanismo y ridiculizan las teorías aristotélicas y quizás al papa en la voz de Simplicio. 

Galileo escribe a la desesperada al cardenal Francesco Barberini, sobrino del papa, en un intento de explicar que en ningún momento ha querido y contra la Iglesia ni contra la fe con sus investigaciones. Pide ayuda a su amigo, Fernando II Gran Duque de Toscana, a cuyas instancias, el embajador de Florencia en Roma Francesco Niccolini se entrevista con Urbano VIII, pero este solo quiere humillar al genio de Pisa. 

Empieza a tener problemas con los ojos. Se le llama para que vaya urgentemente a Roma, pero anciano, enfermo y dolorido no puede ir, no aguantaría el viaje. El papa le amenaza con encadenarlo y llevarlo a la fuerza. Al final, con la salud bajo mínimos y sin informarle de los cargos que se le imputan, se lo llevan en un carro blindado para protegerlo de la peste, que está haciendo estragos en muchos de los pueblos por donde pasan. 


Galileo ante el Santo Oficio Joseph-Nicolas Robert-Fleury (1797-1890)
Galileo ante el Santo Oficio
Joseph-Nicolas Robert-Fleury (1797-1890)
Museo Del Prado, Madrid.




Galileo, derrotado, antes de su abjuración. Claudius Jacquand, 1867 Museo de Bellas Artes de Amiens (Francia)
Galileo, derrotado, antes de su abjuración.
Claudius Jacquand, 1867
Museo de Bellas Artes de Amiens (Francia)

1633 Llega a Roma en febrero y lo confinan en el Palazzo Firenze, donde el embajador Niccolini, que le admira y le quiere, hace todo lo posible para que se encuentre cómodo. Se encuentra solo. Sus amigos han muerto, están asustados o no tienen acceso a él. Sólo encuentra consuelo en la correspondencia con su hija María Celeste, que sufre en silencio el que su padre esté siendo juzgado por herejía. El 9 de abril, la Inquisición abre un proceso contra él. Se le trata y aloja correctamente, en el palacio de la Inquisición, no en la cárcel. El juicio se celebra en el Palacio de la Inquisición y durante el tiempo que dura, Galileo permanece encerrado en sus dependencias. El inquisidor Maculano, le interroga hasta la extenuación. Se le acusa de haber desobedecido la prohibición de 1616 del Cardenal Balarmino, (le presentan el acta sin firmar por ninguno de los dos aunque con un sello del cardenal), de haberlo hecho conscientemente y con intención, de ir contra las Escrituras y contra la Iglesia con sus teorías, y le obligan, bajo amenaza de torturas (le describen los instrumentos que “utilizan” para arrancar confesiones, y la “comodidad” de la cárcel) a abjurar en público de sus propuestas -de que la Tierra gira sobre sí misma, y esta y todos los planetas, alrededor del Sol-. El maestro está aterrado, sin fuerzas, se le hunde el mundo y es de suponer que el horror que hicieron pasar a Giordano Bruno le diera vueltas en la cabeza. El mundo está expectante al juicio al que la soberbia de la Iglesia está sometiendo al más sabio de los hombres. Pero él no puede más. El 30 de abril admite su culpabilidad. La sentencia se dicta en el convento Convento de Santa Maria sopra Minerva el 22 de junio de 1633. Tiene 69 años. De rodillas ante los jueces, Galileo, anciano, enfermo y humillado, lee el documento que le han preparado y abjura de su obra, de las teorías de Copérnico. Cuenta la leyenda que cuando se levantó dijo por lo bajito: Eppur si muove" (“Y sin embargo, se mueve”). Se le condena a cadena perpetua, pero el papa Urbano VIII, que había sido amigo suyo aunque quería destruirlo en el juicio, se la conmuta por arresto domiciliario de por vida a su casa familiar de Arcetri (cerca de Florencia). Nunca se perdonaría no haber sido más fuerte. Se da orden de la destrucción de toda su obra. Sus amigos salvan lo que pueden y fuera de Italia aumenta notablemente la divulgación y venta de los libros del maestro. 

El Papa le da permiso para quedarse en Siena en casa del arzobispo Piccolomini. La peste estaba cebándose en Florencia en esos momentos y no era aconsejable enviarle a ese viaje. Piccolomini había sido alumno de Galileo, le quería, le respetaba, apoyaba sus ideas y hacía reuniones en su casa con científicos y artistas que animaban a Galileo. Esto y la correspondencia con su hija le ayudaron a salir del pozo en que se encontraba. Algún desalmado denunció a Piccolomini a la Inquisición y Galileo fue obligado a ir a Arcetri, donde pasó el resto de su vida. No se permitía mantener contacto con sus amigos y su correspondencia de entrada y salida era convenientemente “revisada”. 

En otoño la peste remite en Florencia y toda la Toscana. 

1634  Muere su hija Virginia, y Galileo se sume en una profunda amargura y tristeza. La viuda de su hermano y varios hijos van a vivir con él. Todos mueren por la peste. Cae en una profunda depresión que podía haberlo matado, pero se aferra a su espíritu luchador y continúa estudiando: publicaría fuera de Italia. 

Empieza a estudiar las propiedades de la materia, resistencia de los metales, elasticidad, fuerzas de atracción, movimiento (dando lugar a la “dinámica”), proyectiles, etc... 

1638 Publica en Holanda Discorsi e dimostracione matematiche donde se generalizan por primera vez las bases físicas y matemáticas para la mecánica y la dinámica. Se queda ciego por una infección en los ojos. Por este motivo, el papa le da permiso para volver a Roma donde pide el levantamiento de su condena, pero se le deniega y enseguida se le obliga a ir de nuevo a Arcetri. Sin embargo, alcanza la mayor fama para el mundo como el más grande científico, escritor, pensador y valiente. Recibe la visita del escritor inglés John Milton. 

Contrata dos ayudantes, Vincenzo Viviani y Evangelista Torricelli, que son sus ojos y su pluma, con los que, junto con su fiel Benedetto Castelli, sigue trabajando hasta su muerte, y dictando sus ideas radicales e innovadoras. Intensifica la relación con su hijo Vincenzo e inicia una afectuosa, tierna y emotiva correspondencia con la joven viuda Alessandra Bocchineri, cuñada de Vinzenzo. 

1641 La artritis y la gota que se le declara a final de año le dejan postrado definitivamente en la cama. 

Tumba de Galileo Galilei Basílica de la Santa Croce, Florencia.
Tumba de Galileo Galilei
Basílica de la Santa Croce, Florencia.


1642 Galileo Galilei muere el 8 de enero en su casa de Arcetri rodeado de las personas que le amaban, de su discípulo Viviani, que tiene devoción por su maestro, y su hijo Vincenzo. A pesar de los esfuerzos de Fernando de Médici gran duque de Toscana y su fiel Viviani, que querían enterrarlo con honores, el papa Urbano no consintió y fue enterrado humildemente en la capilla de novicios de la Santa Croce de Florencia. 

1737 Un grupo de intelectuales ilustres florentinos consigue que lo lleven a la basílica principal de la Santa Croce en una solemne ceremonia. 

1822 El canónigo Giuseppe Settele publica con el visto bueno del papa Pío VII, Elementos de óptica y astronomía donde se dice que las teorías copernicanas heliocentristas son ciertas y no meras hipótesis y presenta pruebas. 

1835 Hasta este año permanece toda la obra de Galileo y Copérnico en el Índice de Libros Prohibidos por la Iglesia. 

1992 El papa Juan Pablo II rehabilita a Galileo, de levanta la excomunión, (la Iglesia reconoce oficialmente que la Tierra gira alrededor del Sol). 

A día de hoy, Galileo Galilei y Nicolás Copérnico son considerados los padres de la astronomía moderna.


La obra de Galileo Galilei:


1586 La Bilanchetta (La balancita). 

1590 De Motu (El movimiento). 

1600 Le Meccaniche (La mecánica). 

1606 Le Operazioni del Compasso Geometrico e Militare. 

1610 Sidereus Nuncius (El Mensajero sideral). 

1612 Discurso sobre los cuerpos flotantes. 

1613 Historia y demostraciones acerca de las machas solares. 

1615 Carta a la Gran Duquesa Cristina. 

1616 Discorso del flusso e reflusso del mare. 

1619 Discorso Delle Comete. 

1623 Il Saggiatore (El Ensayador). 

1632 Dialogo sopra i due massimi sistemi del mondo tolemaico e copernicano (Diálogo sobre los principales sistemas del mundo). 

1638 Discorsi e Dimostrazioni Matematiche, intorno a due nuove scienze atteneti alla meccanica & i movimenti locali (Diálogos sobre dos nuevas ciencias).



Fotos: Wikimedia Commons D.P.

Bibliografía:

* Galileo. Sara Cuadrado. Grandes Biografías. Edimat Libros, S.A.

LIBROS:

* Historia de la Astronomía. Heather Couper y Nigel Henbest. Editorial Paidós Ibérica S.A. Barcelona, 2008.

* Galileo Anticristo. Una biografía.  Michael White. Editorial Almuzara, S.L. 2009.


Internet:











Comentarios

Entradas populares de este blog

«EPPUR SI MUOVE» UN RESCATE EN EL TIEMPO. Marta Payo Yubero

La primera vuelta al mundo: la gesta de Magallanes y Elcano.

David Livingstone: el misionero explorador.