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«EPPUR SI MUOVE» UN RESCATE EN EL TIEMPO. Marta Payo Yubero

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Galileo ante la Santa Inquisición. Joseph-Nicolas Robert-Fleury, 1847.  Museo del Prado, Madrid « Eppur si muove » —« y sin embargo se mueve »—, la famosa frase atribuida a Galileo en su juicio ante la Santa Inquisición, da pie a esta novela de aventuras en la que astronomía, mitología, religión e historia se entremezclan para llevarnos a un fantástico viaje en el tiempo.  A través de los ojos de Rubén, viviremos la odisea de un niño que lucha por la justicia y la verdad en una época oscura de la historia. SINOPSIS: 1º Parte: Una emocionante aventura que empieza en las estrellas... Como todos los años, Rubén y su hermana Lara pasan las vacaciones de verano en la casa que tienen sus abuelos en plena naturaleza, lejos de la civilización. Los juegos y las actividades en el campo les llenan el tiempo y les abre la imaginación. En las cálidas noches estivales, sentados a oscuras en el porche, bajo la infinita y misteriosa bóveda celeste, los niños disfrutan escuchando los relatos sobre el c

La primera vuelta al mundo: la gesta de Magallanes y Elcano.

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La Tierra Imagen: Pixabay Seguramente es la mayor, más peligrosa y más dramática gesta que haya acometido nunca el ser humano. Ahora un avión de pasajeros tardaría en circunvalar la Tierra al tirón, si no tuviera que aterrizar para repostar, entre 45 y 48 horas, y todos cómodamente sentados. Pero este viaje, que duró tres años fue, literalmente, un viaje al infierno y a la muerte. La primera vuelta al mundo fue una expedición marítima española del siglo XVI que completó por primera vez la circunnavegación del planeta. La inició Fernando de Magallanes, un navegante portugués al servicio de Carlos I de España, y la terminó Juan Sebastián Elcano, un marino vasco que asumió el mando tras la muerte de Magallanes. Fue un viaje durísimo. Una odisea mortal que llevó a situaciones extremas a toda la tripulación. La travesía de Magallanes y Elcano estuvo marcada por revueltas y motines de los hombres, que se oponía a seguir el rumbo fijado por el capitán general, pues era como llevarlos a un s

Bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki.

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Nubes de hongo producidas por las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki. Las guerras, todas las guerras son espantosas. Dejan una destrucción del patrimonio irrecuperable y miles y miles de muertos. Muertos: Chicos jóvenes de cualquier bando que son enviados a matar o morir sin posibilidad de rebelarse, convirtiéndose a veces en máquinas terribles, monstruos sin sentimientos, despojados de toda humanidad. Población civil que no saben dónde esconderse, cómo defenderse, que son sometidas a las mayores crueldades que nos podamos imaginar y que mueren y ven morir a sus hijos, padres, hermanos, familia, amigos… Y todo orquestado y bajo la batuta de los poderosos que, calentitos, cómodos y trajeados en sus despachos, dan órdenes y asisten con frialdad a esas masacres que les van a garantizar su poder, su soberanía, su riqueza y su endiosamiento sobre el resto de los mortales. Pero hoy no voy a hablar de las guerras, ni siquiera de la Segunda Guerra Mundial, sino de dos bombas: Las bomb